No es un día más en la historia del deporte más hermoso del mundo, no solo porque se haya retirado de la actividad un jugador, sino porque se ha retirado “El Jugador”. A la edad de 36 años ha dicho basta quien para mí ha sido el último 10 que quedaba sobre la faz de la tierra, hoy 25 de Enero de 2015 ha dejado la actividad profesional “Juan Román Riquelme”. El solo hecho de mencionar el nombre de Román, uno se transporta hacia la esencia misma del fútbol, calidad, jerarquía, exquisitez, gambeta, pisada, pegada, magia, son algunos de los atributos o de las cualidades que se le pueden atribuir a tan tremendo jugador. Un técnico dentro de la cancha, así lo apodó alguna vez Carlos Bianchi, quien para él es su segundo padre, y un distinto que jugaba como si estuviera en el jardín de su hogar, porque siempre remarcaba que La Bombonera era el patio de su casa.
Todo comenzó allá por 1996, cuando Carlos Salvador Bilardo hizo debutar como titular ante unión de Santa Fe, a un pibe flaquito proveniente de las inferiores de Argentinos Juniors con la camiseta N° 8 en la espalda. Un par de pinceladas fueron suficientes para que desde el primer día se metiera en el corazón de los hinchas de Boca. Cuando Diego Armando Maradona decide retirarse del fútbol oficialmente, el legado de su camiseta N° 10 pasaría a manos de quien se convertiría en máximo ídolo de la institución de la Rivera. Pero su magia y su impronta se verían recién a partir de 1998 con la llegada de Carlos Bianchi. El Virrey veía en Román al conductor indiscutido de un plantel rico en jugadores por donde se lo mirara, y el 10 no defraudó. De inmediato se hizo dueño eterno de la pelota (su mejor amiga), con asistencias, goles y un liderazgo nato que pocos tienen.
Román nos sedujo a todos en la Copa Libertadores del 2000 posteriormente consumando su obra ante el Real Madrid de Vicente del Bosque. En el “Merengue” estaban Figo, Raúl y Roberto Carlos entre otros, poco le importó a Román. Jeremi y Makelele aún lo siguen buscando por la cancha y Fernando Hierro no puede creer que con un pelotazo de 50 metros le ganó la espalda a tan temible defensa para que Palermo le metiera el segundo a Casillas. Esa noche Román puso de rodillas al equipo más fuerte del Mundo. En el 2001 repitió con la obtención de la Libertadores, pero su deseo de ser Bi-Campeón Mundial se vio derrumbado por el Bayern Múnich, sus lágrimas al finalizar el partido eran las lágrimas de todo el pueblo bostero. En Europa el Villareal disfrutó de su mejor versión y volvió a Boca en 2007 para demostrarle a todos lo intacto que estaba. Ganó prácticamente solo su 3° Copa Libertadores y la 6° para el club, pero su sueño de ser campeón mundial nuevamente se vería afectado, esta vez por una decisión de la FIFA.
Ya en 2012 no pudo conseguir su 4° Libertadores, Boca cae derrotado en Brasil ante el Corinthians y Román decide alejarse del club de sus amores nuevamente. En su última vuelta al Xeneize nos regaló lo que serían sus últimos shows con la camiseta que más ama en el mundo, con su magia y repertorio inagotables y su calidad inoxidable. Como acto final de su carrera ayudó a Argentinos Juniors a volver a Primera División, él sentía que le debía algo a la gente del “Bicho”, lugar que lo vio nacer como jugador, y cumplió. Después de esa travesía por La Paternal, el hincha de Boca soñaba con verlo retirarse con la azul y oro, pero su máximo ídolo decidió que ya no había razones que lo motivaran a seguir acariciando la pelota y le puso punto final a su vida de futbolista. Hoy se baja el telón de un show de 18 años, hoy se retira el mejor jugador de la historia de Boca Juniors, hoy podemos decir que el ROMAN-CE ha llegado a su fin.
Por Jonathan Guerra (@pasionxmza)