Argentina supero a Jamaica en el cierre del Grupo B de La Copa América. Fue 1 a 0 con un tanto de Gonzalo Higuain. El equipo de Martino volvió a cambiar el chip en el complemento y terminó sufriendo más de lo esperado.
Nuevamente dos caras, el karma de la Selección vuelve a ocurrir en un momento exacto: La salida del tunel para los 45' finales. Hoy era la prueba para vencer a ese fantasma que lo atacó en el complemento ante Paraguay y lo siguió ante Uruguay en el segundo tiempo, pero no pudo ser.
Si bien, en los 45' iniciales la cara suele ser distinta: El equipo ataca con tanta constancia que hace imposible ver el deficit en mitad de cancha para atras. Tal fue así que tras probar a Dwayne Miller, pudo llegar al gol rápidamente de la mano de Gonzalo Higuain: A los 10', El Pipa recibe una pelota que ante la poca habilidad de marcaje de sus rivales pudo acomodar al palo derecho del portero Jamaiquino. Era el primero de muchos parecía... Y solo terminó pareciendo. La Albiceleste tocaba la pelota y la manejaba a su antojo, tenía en frente a un rival que ponía un muro no muy resistente pero parecía celebrar cada intento erroneo de un conjunto que salvo el gol, solo tenía muchas ocaciones erradas y uma rabona exquisita de Marcos Rojo para poner como destacado en una primera parte que terminaba con una gran desazón por lo poco calibrada que tenía la mira el equipo.
Resumir la segunda parte podría ser fácil, solo hay que retomar los análisis ante Paraguay y Uruguay para darse cuenta cual es el problema del equipo, aunque es difícil saber por qué se genera. El chip se cambia en su tonalidad, la posesión cae en picada y se sufre más de lo normal. Ni el más optimista hubiera pensado que Joel McAnuff o Garath McCleary terminarían tocando la pelota ante un poderío defensivo liderado por Javier Mascherano y compañía, pero, para el lamento argentino, así fue. Por momentos, Los Reagge Boys fueron superiores a un equipo que enfrente tenía a un tal Lionel Messi acompañado de Carlos Tevez (Ingreso en la segunda parte), Javier Pastore y Angel Di Maria entre otros. Por suerte, salvo por tener el corner de final, Argentina no sufrió tanto como para asustarse para temer por un empate, pero lo suficiente para parar la pelota y darse cuenta que era Jamaica, aunque lo de parar la pelota debería cambiarse por un reventarla para poder airear el constante y pobre empuje del rival.
Ahora, el martes será, o deberá ser, otra historia. Solo pasa el que gana y el conjunto nacional, que hoy espera rival, tendrá que cambiar su karma: Perder los estribos futbolisticos en el segundo tiempo.