Buffarini habló de todo: la adaptación al club, la decisión de jugar en Boca, cuando se probó en inferiores de chico, quien es su ídolo y mucho más.
Julio Buffarini, en una entrevista con el diario Olé, dejó títulos en cada una de sus declaraciones. En primer lugar, marcó lo diferente que es Boca con respecto a los demás clubes donde jugó, (Talleres, Atlético de Tucumán, Ferro, San Lorenzo y San Pablo) por las exigencias que arrastran en el famoso Mundo Boca:
"Acá no te la podés creer nunca, tenés que entrenarte al máximo y rendir todos los fines de semana. Son pocas las posibilidades y muchísima la exigencia. Esto no es partido a partido, es minuto a minuto".
El lateral que hoy es titular indiscutido no la tuvo fácil el año pasado cuando llegó al equipo de la Ribera. Si bien jugó el último -más importante- partido de la temporada pasada, estuvo casi un año siendo suplente de Leonardo Jara por aquel entonces. Con respecto a eso dijo:
"Me llevó un semestre adaptarme. Los últimos meses en San Pablo había estado lesionado y llegué sin ritmo. El equipo ya estaba afianzado, venía de salir campeón. Me tocó jugar poco, muchas veces de interno, una posición casi desconocida para mí. Me sentía falto de confianza y recién siete meses después pude ponerme bien".
Además, Buffarini contó la relación que tiene con Boca desde muy chico:
"Me probé cinco veces y nunca quedé. Tenía 14 años y jugaba en dos clubes de General Cabrera, mi pueblo. Mi viejo es hincha de Boca y tenía el sueño de que yo vistiera esta camiseta. De chico era de Boca. De acá me gustaba Boca y de allá, Talleres. Cumplí el sueño de jugar en los dos".
También reveló que Carlos Tevez es uno de sus ídolos futbolísticos... y relató cómo reaccionó en su primer encuentro con él:
"Nunca se lo dije porque me da vergüenza. Pasó de ser un referente en el fútbol a un compañero y amigo. Volvió de China unos días después de que yo llegara al club. Lo vi y no sabía qué hacer, ni dónde meterme. Siento una gran admiración".
Con respecto a la final de la Copa Libertadores del año pasado, sostuvo:
"Era mi segunda final de Copa y contra River iba a ser una experiencia única. Pero después se hizo todo muy largo y se perdió la magia. Tanto cuesta ponerte en ventaja en una final y nosotros estuvimos tres veces arriba y la perdimos. Se nos escapó a nosotros".
Por último, volvió a referirse a la rabona de la discordia que había ejecutado con San Lorenzo y la ovación de los hinchas xeneizes:
"No la pude disfrutar porque fue en medio del lío. Con Tolima, sí. Noche de Copa, la Bombonera repleta, 50.000 personas. Sentí que estaba cumpliendo mi sueño de chiquito. Me probé tantas veces en este club y fui tan cabeza dura para llegar al lugar que llegué. Esa ovación no me la voy a olvidar nunca en la vida".