En La Bombonera y por la primer final de la Copa Libertadores, Boca y River empataron 2 a 2 en un partidazo. Ábila y Benedetto pusieron los goles del Xeneize.
Por la ida de la final de la Copa Libertadores 2018, Boca empató ante River por 2 a 2 en La Bombonera. Tensión, color, euforia, locura, cualquier adjetivo quedará corto para describir esto. Cada uno con sus armas, pero con las intenciones claras de ambos lados. Boca buscó ser punzante, buscó dañar y mantener la posesión. La visita buscó ser más inteligente y conservador, pero el Xeneize encontró como controlar. Quizás, el pésimo rendimiento de Leonardo Jara le dio libertad al conjunto de Marcelo Gallardo (Hoy suplantado por Matías Biscay), para atacar sobre su banda. Hubo un sostén, impensado por todo lo que arrastraba y con grandes apariciones: Agustín Rossi. Con el partido 0 a 0, sacó dos pelotas barbaras: El tiro libre de Gonzalo Martínez y el cabezazo letal de Rafael Santos Borré. La lesión temprana de Cristián Pavón generó el ingreso de Darío Benedetto, dándole un giro a todo el sistema planteado para los dos equipos. Pero el centrodelantero que encontró su gol fue Ramón Ábila, quien obligó a Franco Armani a dar un rebote, que después poco pudo hacer ante la replica con la zurda, para anotar el primero y generar un delirio generalizado en un Alberto J. Armando que estalló de alegría. A los 34 minutos abrió Wanchope, a los 35 empató Lucas Pratto con una desatención de Carlos Izquierdoz, quien lo pierde y dejó a Rossi sin chances de poder tocar el remate del ex Boca. Sobre el final, cuando parecía que el 1 a 1 era el resultado, un tiro libre de Sebastián Villa encuentra de espaldas a Pipa, quien puso el 2 a 1 para irse tranquilos al vestuario.
El complemento fue raro, se invirtieron los roles. River aflojó el juego y esperó para lastimar. Boca mejoró notablemente y estableció un dominio. Controló, manejo y buscó responder las salidas. Pero una falta de Pablo Pérez, culminó en un centro de Pity Martínez que Carlos Izquierdoz terminó desviando para poner el 2 a 2. Los ingresos de Carlos Tevez, táctico y de Julio Buffarini, obligado por la molestia de Jara, dejaron en vista que el empuje fue azul y amarillo pese al empate. Hubo esfuerzos, imprecisiones y una en el final de Benedetto que definió mal y Armani reaccionó para despejar.
En El Monumental será final abierto, arrancarán 0 a 0 y atrás quedará este encuentro. Será gloria o muerte, será momento de establecer el laboratorio del técnico para corregir los errores. Ambos desnudaron sus armas y la parda deja la sensación de que se pudo hacer más, se tendrá que hacer en Núñez, materíal sobra. El ataque esta, la garra no se negoció, quedará en el tintero las falencias defensivas, que en caso de mejorar, terminará con un final feliz.