Así se refirió el ayudante de campo de Arruabarrena, Diego Markic en una entrevista, cuando fue consultado sobre un posible cruce con el eterno rival en la Copa: "Sería muy desgastante. No es lo mismo enfrentarse en una semifinal que en octavos. Pero me gustaría". Además se refirió a como todo el cuerpo técnico cambió la mentalidad del grupo, sobre el juego y el presente del plantel.
En la entrevista, Markic remarca lo trascendente que sería un choque con River, que influye en la fase donde se dispute la serie y que le gustaría enfrentarse: "Después de octavos, te queda mucho recorrido. Luego de una semifinal, en cambio, ya tenés la final y jugás casi con el cambio automático. Sería desgastante, pero la verdad a mí me gustaría. Es un partido donde la semana previa es fascinante. Vivir esto es una oportunidad única. Todo lo que se habla, cómo lo vive la gente. Nosotros salimos a jugar contra River y la puerta del hotel estaba llena de hinchas. Son cosas únicas. Tener esa oportunidad es lindo. Pero el que toque toque".
Consultado por el juego y la tenencia de pelota, señaló: "No la tenés que tener por tener. Se hicieron muchos goles y se generaron muchas situaciones con un alto porcentaje de tenencia de balón. También hay que ver las circunstancias y dónde tenés la pelota. Por momentos, se ha hecho mejor y, por otros, no tanto. La idea es, ahora que nos ha tocado ir ganando, saber defenderse con la pelota lejos de nuestro arco".
"Siempre se puede seguir mejorando cosas. No conozco un equipo perfecto. Siempre tenés que trabajar en la posesión del balón, en saber cuándo lastimar. Hubo algunos momentos de partidos en los que, quizás, nos metimos atrás y la tuvimos un poco menos, como el segundo tiempo con Huracán. Pero es muy difícil mantener el mismo ritmo durante 90 minutos. Necesitás un equipo inteligente para saber manejar los ritmos de los partidos lejos de tu arco". Sostuvo, en la charla con el portal 'Cancha Llena'.
Además se refirió al presente y como trabajan en la mentalidad del jugador: "Nosotros llegamos a un Boca donde ya estaba el plantel, donde no tuvimos tiempo de trabajar. Había muy buenos jugadores, pero con la doble competencia era difícil tratar de imponer una idea o de transmitirles a los jugadores lo que uno pensaba. Había muchas cosas que se tenían que ajustar, teniendo en cuenta lo que nosotros pensábamos. Con la pretemporada y algunos refuerzos puntuales, pudimos definir una idea. Hoy se puede jugar mejor o peor, pero el equipo tiene una identidad.
"La pretemporada nos sirvió para ajustar el grupo, el clima, el saber que todos son importantes. Y que eso no quede sólo en palabras, sino que se demuestre. Todos tuvieron su oportunidad. Eso el jugador lo vio y solidificó la idea de un grupo".
Para cerrar el dialogo, el hombre clave del Vasco, dejó en claro: "Siempre le decimos a los jugadores: 'Acuerdense hace cuatro meses, que éramos los 'peores'. A veces, parece que no hay término medio. Yo no creo ni en ser el mejor ni en ser el peor. Y acá eso cambia de una semana a la otra. Después de San Martín de San Juan, empezaron con 'que Boca es esto o lo otro'. Hoy lo mismo, tras empatar contra Chicago, volvieron las críticas. Nosotros las entendemos, porque somos los primeros en ser críticos. Pero si de 16 partidos, ganaste 13 y empataste tres... Yo tendría más cuidado en ir tan abajo o, incluso cuando ganás, en ir tan arriba".