Por su pasado como jugador y técnico, por los años de gloria y pasión con la camiseta azul y oro, por la huella inolvidable que dejó en la historia del club, esta vez, el homenaje es para Silvio Marzolini. El evento donde se descubrirá su estatua será este lunes a las 18:30, en el auditorio del Museo de la Pasión Boquense.
Las viejas glorias de la historia de Boca vienen teniendo su reconocimiento con esta modalidad, que empezó con estatuas de Diego Maradona y Martín Palermo, y siguió con las de Juan Román Riquelme, Guillermo Barros Schelotto, Rojitas y recientemente con la de Antonio Rattín. Ahora llegó el turno de homenajear a Marzolini.
Silvio, uno de los mejores laterales izquierdo que se vieron en el fútbol argentino, arrancó su carrera en Deportivo Italiano, pasó por Ferro y de allí llegó a Boca para construir una historia dorada con su juego exquisito y su entrega sin límite. Vistió la camiseta azul y oro de 1960 a 1972, período en el que consiguió seis títulos: los torneos de Primera División en 1962, 1964 y 1965, el Nacional y la Copa Argentina en 1969 y el Nacional de 1970. En total, Marzolini jugó 408 partidos oficiales a lo largo de su carrera y anotó 10 goles. Y también se lució con la camiseta celeste y blanca de la Selección Argentina, con la que jugó los mundiales Chile 1962 e Inglaterra 1966.
Una vez que cerró su capítulo como jugador, Marzolini inició otro largo y exitoso como formador de juveniles y técnico de Primera. Comenzó en All Boys y más tarde llegó a Boca para ganar el Metropolitano 1981 de la mano de Diego Maradona. Luego volvió a ser el técnico de Boca en 1995, nuevamente con Maradona en el plantel. Después de tantos títulos, de tanta gloria y de tanto fútbol, llegó el momento del merecido homenaje a una de las grandes glorias de Boca: Silvio Marzolini.
Prensa CABJ