A Boca no le sobró nada: Avanzó de ronda con el triunfo en Mar del Plata ante Estudiantes (RC) gracias a los goles de Ábila y Zárate. En 16vos lo espera Almagro.
Por los 32vos de final de la Copa Argentina 2019, Boca derrotó a Estudiantes de Río Cuarto en el José María Minella de Mar del Plata por 2 a 0 y avanzó de ronda en el certamen. El equipo de Gustavo Alfaro, con una clara rotación, no pudo imponerse de entrada ante la buena presión del conjunto que milita en el Torneo Federal B.
Incomodo, al Xeneize le costó hacer pie y hasta sufrió con los ataques en inferioridad numérica que parecían arrimar peligro al arco defendido por Marcos Díaz. A los 19 minutos, pudo romper con la paridad y con una individualidad de Mauro Zárate, con un centro tras una serie de enganches que tuvo la complicidad del defensor rival para que le quede servida a Ramón Ábila, quien con el arco sólo la empujó para abrir el marcador, encontró la ventaja.
https://twitter.com/TyCSports/status/1119351413870485504
Tras la ventaja, quizás no merecida pero si justificada por las individualidades con una clara diferencia abismal de jerarquía, inclinó la cancha a su favor. El golpe a golpe no parecía negocio, pero partido en el medio, al equipo no le quedó otra. Lo tuvo Agustín Almendra, lo tuvo Bruno Sepúlveda para el conjunto cordobés, pero a los 44 minutos fue Zárate. Corner corto, jugada individual que aprovechó Mauro cuando no le salía nadie a marcarlo y definición de crack con la zurda, su pierna menos hábil, para sellar el 2 a 0 que culminaba la primera parte.
https://twitter.com/TyCSports/status/1119358093148610560
La segunda parte fue friccionada, el juego se cortó en retiradas ocasiones ante el juego brusco del rival. Las dos tarjetas rojas, bien sancionadas por Pablo Dóvalo y ambas por doble amonestación, fueron vistas por Javier Ferreira y Alan Vester. Cuando tenía 10 jugadores en cancha, Estudiantes tuvo el descuento, en una jugada que tuvo la complicidad de Marcos Díaz quien la dejó viva en el área y recibió la ayuda de los bloqueos de sus defensores y la fortuna de la mala puntería del equipo de Río Cuarto.
El Xeneize apostó al contragolpe para sellar la historia, pero también estuvo con la mira descalibrada, aunque contó con varias chances.
No le sobró nada a Boca, que sigue demostrando ciertas falencias en el orden, sobre todo en la mitad de cancha. Si bien las rotaciones fueron varias, algunos titulares no estuvieron a la altura salvo por Zárate, quien nuevamente fue el artífice de un triunfo.