El Xeneize superó a Talleres por penales, pero una confesión de Chiquito Romero preocupó a Boca de cara a los próximos desafíos.
El conjunto de la Ribera logró clasificar a la semifinal de la Copa Argentina y se medirá ante Estudiantes en la próxima instancia. Si bien el Xeneize se quedó con el pase a través de la tanda de penales, Chiquito Romero no fue la habitual figura y preocupó a Boca, de cara al partido más importante de los últimos años.
Tras el duelo en Mendoza, el arquero de Boca confesó que no vivió su mejor partido. Romero aseguró que quiso darle confianza al equipo, pero confesó que se sentía raro y decaído. De todas maneras, la precisión de sus compañeros y los errores del rival, le dieron el pase a la próxima instancia:
“Les dije que iba a hacer el esfuerzo de atajar uno o dos penales. No me sentía del todo bien hoy la verdad, estaba bastante caído. No me sentía bien, estaba medio raro hoy. Pero por suerte los muchachos de Talleres no embocaron al arco y eso también me ayuda a mí. Y mis compañeros hicieron un gran trabajo desde los 12 pasos, la metieron todos", confesó Romero.
Sobre los dos remates desviados de Talleres, Romero reconoció que patearon con mucha violencia:
"Le pegaron con muchísima violencia, a los que se les fue muy alto fue por que pusieron mucha fuerza. Pero esto es así, es un juego mental. Ellos no sabían cómo estaba yo hoy, si yo hoy estaba bien o mal, y decidieron patear de esa manera”.
El respaldo del capitán
Por su parte, Marcos Rojo respaldó a Chiquito Romero y aseguró que intimida con su presencia en el arco, especialmente a la hora de la definición por penales. Según el capitán Xeneize, los rivales intentaron ajustar los remates lo más posible para vencer la muralla de Boca, pero los erraron.
"Es la presión que les mete. Los rivales están intimidados con la presencia del Chiqui. Saben que es un grandísimo arquero a la hora de los penales y trataron de ajustarla lo máximo posible, pero se fueron dos por arriba", explicó Rojo.