Carlos Izquierdoz, autor del penal que consagró a Boca, se refirió a esa presión y al desahogo que significa este título para el plantel.
Cali Izquierdoz tenía una mochila muy pesada. Es que después de que Esteban Andrada le atajó el penal a Fabián Rinaudo, dio vuelta la serie. Y el consagrar campeón a Boca recaía en los pies del defensor central. El número 24 colocó el balón en el punto penal y remató: fuerte y a la derecha de Jeremías Ledesma. Gol y consagración para el Xeneize. Se desataron los festejos y la alegría total para un plantel que debía sacarse un peso de encima.
Sobre la ejecución de ese penal, Cali dijo lo siguiente:
«Son momentos difíciles, había que convertir, había que cerrar esto, que durante los 90 minutos habíamos hecho las cosas bien, sobretodo en el segundo tiempo, y había que ganarlo».
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El defensor se refirió a la importancia de esta copa para el plantel:
«Se le debíamos a nuestra gente. Nos acompañan a todos lados, lo que hacen es increíble. Lo mínimo que podíamos hacer era meternos a la cancha y tratar de darles este triunfo, y gracias a Dios lo logramos».
Por último, remarcó que este es su primer título con el club y dejó una frase esperanzadora:
«Sí. Ojalá sea el primero de muchos».