Tras una reunión con los clubes, el presidente de CONMEBOL reafirmó que la final de la Libertadores se disputará en el Maracaná.
Esta tarde se llevó a cabo una importante reunión entre las autoridades de los clubes y la Confederación Sudamericana de Fútbol para destrabar un conflicto que ponía en duda la sede para la final de la Copa Libertadores.
Es que este jueves se conoció las trabas que puso Flamengo, club que comparte localía con Fluminense en el estadio Maracaná para utilizar el recinto en su partido por el Brasileirao. Además, pretendían una parte del concepto de entradas por considerarse dueños del estadio.
El conflicto llegó a buen puerto y el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, les aseguró a los representantes de Boca y Fluminense, que el partido mantiene la sede original y de esta manera, el duelo en busca del título se mantiene para el 4 de noviembre en el Maracaná.
"Alineamos los detalles de esta gran fiesta deportiva que se vivirá en Río de Janeiro", fue el mensaje que publicó Domínguez junto a imágenes de la reunión en la que estuvo presente Juan Román Riquelme, en representación de Boca.
De la reunión también participó Claudio Chiqui Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y su par de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ednaldo Rodrigues.
La reunión fue organizada con el fin de organizar una coordinación entre todas las partes involucradas. Los presidentes de los clubes finalistas fueron informados sobre los avances organizativos del trascendental partido y firmaron un compromiso para promover una final sin violencia.