Boca fue actitud y gano el Superclásico en El Monumental por 1 a 0 con gol de Nicolas Lodeiro. La paternidad esta más latente que nunca y se volvió a la punta.
Era una obligación, a esta altura del campeonato y con el resultado de San Lorenzo a favor, el Xeneize tenía que lograr los tres puntos en El Monumental. En frente, estaba lo que vino siendo en choques internacionales una especie de karma, el maximo rival: River. Ellos con su gente, en su estadio y con la misma obligación de lograr los tres puntos para acercarse a la cima que hasta el momento lo tenía al Ciclón. Pero el arranque del complemento, en estos choques, aísla todo lo que esta en juego en el exterior, son como dos leones peleando por ser el macho alfa de la manada o dos gladiadores peleando por mantener su vida en un duelo en el Coliseo Romano. Así son los Boca-River, así son los Superclásicos.
Y así también salió el Xeneize a jugarlo en la primera parte pese a la sorprendente y dolorosa lesión de Fernando Gago a los 25 segundos. El volante, que rompió en llanto, le cedió su lugar a Nicolas Lodeiro y a veces, los que ingresan en los Derbys tienen esa misión de ponerse la capa y convertirse en heroes de estos mismos, por lo menos en la primera parte así fue para el Uruguayo, quien a los 19' del inicial ponía en ventaja al equipo de Rodolfo Arruabarrena: Pelota larga para Sebastian Palacios, quien aprovecha el error en la marca de Eder Balanta y centra para un Carlos Tevez que quiso dejar en el camino a Marcelo Barovero, que logró arruinarle la intención al Apache y despejó, gracias a dios, a los pies de Lodeiro, quien con un bombazo decreto el primer gol de lo que parecía ser una tarde brillante para el Xeneize.
El final del primer tiempo fue un tramite de juego corto y muchas interrupciones, pero le alcanzó para irse al vestuario tranquilo y con la ventaja.
El complemento fue, desde lo futbolistico, un espanto. Juego interrumpido por infracciones tecnicas y poco rodaje de la pelota. El Millonario intento monopolizar el balón, Boca fue invatible tanto en el juego aereo , donde había que controlar a Lucas Alario, y por abajo con un trabajo excelente tanto de Luciano Monzón como de Gino Peruzzi. Y en los partidos en los que la personalidad juega un rol más que importante, Agustín Orion (Quien estaba siendo resistido por la parcialidad por algunas actuaciones no muy buenas) hizo respirar a la parcialidad Xeneize que lo vivia desde su casa: Alario dos veces quedò solo para cabecear, pero los reflejos del Ex- Estudiantes (LP) fueron más para evitar la igualdad.
Todo volviò a la normalidad, Papá es puntero y le enseño a River una vez más que la camiseta Xeneize puede contra todo.