Boca cayó ante Atlético Tucumán y terminó con la utopía del tricampeonato. Pese al empate parcial de Wanchope, los errores defensivos fueron caros una vez más.
Por el partido pendiente de la fecha 15° de la Superliga, Boca volvió a hacer agua en defensa y los errores fueron carísimos: adiós a las pocas esperanzas que quedaban de conseguir la Superliga. A 10 puntos de los lideres sobre 18 en juego, el Xeneize tendrá que concentrarse en mantenerse dentro de los puestos de Copa Libertadores. El equipo de Alfaro cerró una noche con algunos rendimientos aceptables y otros bajísimos.
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Esteban Andrada (3): Se dice que los arqueros de equipo grande deben ser claves las pocas veces que les patean. Atlético Tucumán le remató dos veces y ambas acabaron en gol; el primero con complicidad suya incluida. Uno de sus peores rendimientos desde que llegó a Boca.
Julio Buffarini (4): No llega al aplazo por su entrega. Pifia de forma increíble en el primer gol de Atlético; pese a ese error, el resto del encuentro fue parejo. Corrió hasta el pitazo final y el hincha de Boca eso lo reconoce.
Lisandro López (3): Se quedó mirando la jugada en el primer gol. En el segundo, la pelota le rebota y le queda servida a Barbona. Nunca pudo anticipar a Díaz y a Matos. Lo único positivo fue la claridad para salir de abajo, sobre todo los últimos minutos donde la pelota quemaba.
Carlos Izquierdoz (2): Pierde la pelota que acaba en el segundo gol de Atlético cuando Boca estaba en su mejor momento; error garrafal. En salida hizo casi todo mal. Al igual que su compañero de zaga, tampoco pudo con los delanteros del decano.
Junior Alonso (3,5): Lento y falto de reflejos en ambos goles, el primer tanto viene de un centro desde su sector -para colmo no estaba allí, lo relevó Izquierdoz-. No gravitó en todo el partido, tampoco se jugó mucho por su lado.
Iván Marcone (6): Nunca lo vas a ver rifando la pelota. Sobrio e impecable. Quizás falta pulir su tandem con Nández para ocupar mejor los espacios en el retroceso. Su actuación no influyó en el resultado pero es de los pocos que aprueban.
Nahitan Nández (5): Aportó la garra y entrega que lo caracterizan; pero cuando el juego no acompaña, con eso no basta. Tuvo el empate en sus pies mientras el partido iba 0-1, Luchetti llegó a desviar y el balón rozó el palo derecho. Se hizo amonestar de forma infantil y se pierde el partido ante Defensa.
Emanuel Reynoso (5): Bien en la conducción, pero las divididas las perdió todas. Mostró su mejor versión cuando se tiraba al centro de la cancha. ¿De que juega al final?
Sebastian Villa (6): En el amanecer del partido parecía falto de ritmo, pero con el correr de los minutos fue levantando su nivel. Todos los ataques de Boca llegaban por su lado; extrañamente Alfaro decidió sacarlo -en conferencia explicó que se debió a un traumatismo-. Puede ser un buen recambio.
Carlos Tevez (6,5): Con poco, fue lo mejor de Boca en la noche. Se notó que no fue el Tevez de los últimos partidos; a diferencia de las últimas veces, logró ser eje. Aportó varias pelotas de gol que no finalizaron de la mejor manera. Su salida todavía no se entiende.
Ramón Ábila (4): Vivió en offside, se lo vio lento y las pelotas le rebotaban. Está en un nivel muy bajo. Se salvó del aplazo gracias a su gol que logró el empate transitorio.
Mauro Zárate (5,5): Con su ingreso le cambió la cara al equipo. Luego, a medida que los minutos iban pasando y el desconcierto abrumaba a los de Alfaro -con la salida de Tevez se quedó sin socio-, su figura se fue apagando.
Cristian Pavón (3): Su ingreso no pesó, resolvió todas las jugadas mal. Alfaro todavía confía en que lo puede recuperar.
Darío Benedetto (5): Tiene esa calidad en sus pies más de enganche que de centrodelantero. Intentó pero no le quedó ninguna; debió haber entrado antes.
Usualmente solo evaluamos a los jugadores, pero de tener que recibir un puntaje, Gustavo Alfaro se llevaría uno de los más bajos de la noche. Tevez y Villa, los dos mejores de la cancha, fueron sustituidos en el momento de máximo esplendor del equipo -el colombiano con una molestia según el DT-; mientras que Wanchope, inentendiblemente, jugó todo el partido. Lleva poco tiempo de trabajo y necesita del mismo para aceitar su idea, pero hoy se equivocó.