Fútbol

River golpeó en el momento justo a un inofensivo Boca

Por la ida de las semifinales de la Libertadores, un inofensivo Boca cayó por 0-2 ante un River mejor plantado. La vuelta será en casa el 22.

Por la ida de las semifinales de la Copa Libertadores 2019, Boca cayó ante River en el Monumental por 0-2. Difícil analizar esto, en la previa la superioridad del local era clara, el plan del Xeneize era la gran incógnita. Parecía que había con qué, finalizado queda la sensación de que no hay con qué.

River encontró, de entrada, el penal que hizo Emmanuel Mas de manera innecesaria, ya que Carlos Izquierdoz había cortado limpio a Nicolás De la Cruz. Rafael Santos Borré acertó y puso el 1 a 0 a los ocho minutos.

El primer golpe efectivo del equipo de Marcelo Gallardo lo sentó a Boca, que sintió el tanto del colombiano y tardó en meterse en partido. Lo pudo empatar con un remate de Alexis Mac Allister que exigió a Franco Armani y luego con una situación increíble que fallaba Nicolás Capaldo, pero se ve que la suerte no estaba del lado azul y oro. Por Esteban Andrada, el equipo de Gustavo Alfaro se mantuvo con vida.

El segundo tiempo pedía variantes. Marcelo Weigandt no la había pasado bien, la sociedad entre Emanuel Reynoso y Mac Allister no funcionaba y, para colmo, Ramón Ábila se convirtió en una carga para un equipo que apostaba a una presión que su punta no daba.

Cuando Alfaro quiso mover piezas y apostar a un golpe por golpe, el Millonario encontró nuevamente el gol por una desatención de Lisandro López en los pies de Ignacio Fernández. Nuevamente, en el momento justo.

Boca siguió inofensivo, con ideas pésimas y un funcionamiento colectivo nulo. Apostó con la velocidad de Eduardo Salvio, que en ofensiva fue lo más productivo y alguna jugada salvadora de Mauro Zárate, que tampoco puede realizar milagros. Mantuvo a 'Wanchope', quien discutió siempre y parecía demostrar no tener interés en participar del juego.

Por Andrada, no lo perdió. La roja a Capaldo será anecdótica, pero era expulsión. A Boca le quedan 90 minutos, habrá que trabajar en el laboratorio, buscar el esquema adecuado y esperar el milagro, porque a esta altura y ante la diferencia colectiva que parece aplastante, fácil no será. Ojo, eso si, nunca nos den por muertos.

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