Boca Juniors volvió a gritar campeón. Esta vez fue la Reserva, que se quedó con el Trofeo de Campeones tras vencer 2-0 a Vélez en la final disputada con intensidad entre los dos mejores del año. Los goles de Iker Zufiaurre y Lautado Bianco sellaron una victoria que no solo suma otra estrella, sino que confirma el gran momento de los juveniles Xeneizes.
El equipo de Mariano Herrón atraviesa un ciclo ganador: en apenas una semana levantó dos títulos y ya acumula cuatro conquistas bajo su conducción. La estadística habla por sí sola: trabajo sostenido, identidad clara y un grupo de chicos que compite como si llevara años en Primera.

La gestión de Juan Román Riquelme también queda marcada por este éxito. Desde que asumió en 2020, la Reserva conquistó seis títulos, con una regularidad llamativa: dos en 2021, dos en 2022 y ahora dos en 2025. Una línea de tiempo que refleja planificación, inversión en el predio y confianza en el semillero.
El Predio de Ezeiza sigue siendo una fábrica de futbolistas. Cada campeonato de la Reserva es un recordatorio de que Boca tiene material de sobra para nutrir al plantel profesional. Los nombres se repiten en las finales, los chicos muestran personalidad y hambre de gloria, y el hincha empieza a pedir lo que parece inevitable: más rodaje en Primera.
Porque mientras algunos experimentados no han estado a la altura, los juveniles demuestran que están listos para dar el salto. La Reserva no solo gana, también convence. Y en un club que siempre se definió por la mística y la sangre joven, el mensaje es claro: el futuro ya está acá.

