No hubo milagro: Argentina mostró signos de mejoría pero cayó 0-2 ante Brasil, que si bien fue superior, se vio favorecida por el árbitro.
Por las semifinales de la Copa América 2019, Argentina cayó ante Brasil por 0-2 en Estadio Mineirão y jugará por el tercer puesto. No hubo milagro, la mejoría que mostró el equipo dirigido por Lionel Scaloni no alcanzó, el sacrificio de los chicos que cargaran con el mote de 'ser el futuro de la selección' no alcanzó y el mejor partido de Lionel Messi en esta competencia, tampoco.
Brasil fue Brasil, ese conjunto que desde el 2002 no ha mostrado un trabajo colectivo solido, pero que tiene unos jugadores que cuando tienen que lastimar, hacen daño y mucho. Argentina, en cambio, pecó de esos errores que venimos cometiendo desde hace rato. El central del Manchester City nos hace creer que no está muy lejos Lisandro López o Javier Pinola (Ejemplo que usamos para que esto no quede totalmente con un tinte partidario, pero bien se pueden nombrar varios ejemplos de los equipos de la actual Superliga). Germán Pezzella no ofrece la solidez que esperaríamos del capitán de la Fiorentina y Nicolás Tagliafico parece no recuperarse del KO recibido por el Tottenham en las semifinales de la última edición de la Champions League.
La gloria nuevamente les fue esquiva a Messi y Sergio Agüero, que estrellaron sus remates en los postes del gigante Allsson Becker, quizás el mejor arquero del mundo hoy por hoy. Ni la garra de Lautaro Martínez pudo hacerle daño a este Brasil que, si bien superó a una 'Albiceleste' que la hizo sentir incomoda, también contó con la ayuda de Roddy Zambrano.
El inoxidable Dani Alves fue quien, con una jugada magistral, rompió el partido abriendo para Roberto Firmino, quien encontró a un Gabriel Jesús liberado de la marca de Pezzella, vaya uno a saber porque, para que deje sin chances a un Franco Armani que observaba como sus centrales lo dejaron desprotegido.
El complemento fue raro. Tite fue más listo, sacó a relucir su experiencia y, ante el gran trabajo de Juan Foyth, anulando a la emergente estrella que era Everton hasta el día de ayer, mandó a William para ver si doblegaba una derecha que estaba asegurada por el central del Tottenham y la mano que da el incansable Rodrigo De Paul.
El mejor momento de Argentina hizo ilusionar a varios, justamente Messi encargó de preocupar a toda persona de nacionalidad brasileña con el remate que estrellaba en el palo, pero como dijimos antes, Brasil es Brasil. Previo a liquidar la historia, hubo un penal de Dani Alves sobre Agüero que jamás se encargaron de avisar en el VAR, pero la 'Canarinha' sacaba una de esas contras letales. Gabriel Jesús pasó ante la débil presión de Pezzella y la marca de un oxidado Nicolás Otamendi, quien dio a entender porque es suplente en el equipo de Josep Guardiola. El delantero nuevamente recibió la marca del ex River, pero lo sentó con un movimiento típico del fútbol que ofrecen en 'las tierras del samba', para dejar sólo a un Firmino que cerró la historia.
Faltaban 20, la sensación era de que se podía empatar, pero Zambrano jugó su rol. Obvió un tremendo golpe de Arthur sobre Otamendi, a la altura del cuello y con la pelota en juego, en el área. Era penal, clarísimo como el agua cristalina que se ven en las playas de Copacabana, aunque el VAR durmió la siesta que daba un claro mensaje: El local no volverá a pasar vergüenza como en 2014.
Esos penales se podían fallar, pero que Brasil le tenga miedo a Argentina, que necesite esas actuaciones alevosas que le quitaran prestigio a lo que pueden ofrecer los enormes jugadores que maneja un gran técnico como Tite, dan un poco de vergüenza ajena.
No hubo milagro. Para estos chicos se terminó esta Copa América en la que parecía que estaban avanzando por suerte, pero nos dejaron con la sensación de que con otro proyecto, otro líder desde lo técnico y algunos cierres de ciclos de jugadores que claramente no pueden vestir esta camiseta, nos podemos ilusionar con cosas hermosas.
Quedará en el manejo de la actual AFA ver que rumbo les dan a los Paredes, a los Martínez, a los De Paul y a los Foyth. Conseguir ese 'Maestro' para guiarlos a futuro, con la intención lograr solidez colectiva. Ese será el trabajo de Claudio 'Chiqui' Tapia.
Por lo pronto, el sábado tendrán que jugar el nefasto partido por el tercer puesto, para lograr aunque sea una medalla que nadie quiere ponerse pero que, para el negocio del fútbol, significa un ingreso más en el encuentro que de atractivo tiene poco y de cruel, mucho.