Después de la ola de contagios, Russo prepara una puesta a punto meticulosa. Los detalles del entrenamiento de Boca.
Después de la tormenta, viene la calma. Boca la pasó mal ante el brote de COVID-19 dentro de la burbuja sanitaria y, con el partido ante Libertad a la vuelta de la esquina, los tiempos de preparación se achicaron más de lo normal.
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El grupo se dividió en dos. El primero entrenó en el Centro de Alto Rendimiento de Ezeiza, contó con jugadores que dieron negativo a los test y sumaron tres caras nuevas: Edwin Cardona, quien puso marcha a su segundo ciclo en el Xeneize, Gonzalo Maroni, quien volvió tras su paso en la Serie A, y Iván Marcone, recuperado del dichoso virus.
Mientras tanto, en el hotel Howard Johnson, se entrenaron los que dieron positivo la semana pasada. Un total de 18 jugadores que trabajaron divididos en grupos de tres y se distribuyeron en tres horarios distintos y harán un doble turno.
Se espera que el día de mañana, habiendo cumplido 10 días de los hisopados que arrojaron los resultados que pusieron en jaque la preparación, se espera que el grupo de Ezeiza aumente a 20 nombres sin riesgo de contagio, algo que hará muy feliz a Miguel Ángel Russo.