Una derrota que duele y complica. En La Bombonera, Boca cayó ante Palmeiras por 2 a 0. Groseros errores defensivos y poca ímpetu para buscar el resultado, ahora la clasificación se hace cuesta arriba. Keno y Lucas Lima, los autores de la caída.
Por el cuarto partido del Grupo H de la Copa Libertadores de América 2018, Boca cayó en La Bombonera ante Palmeiras por 2 a 0 y complicó su clasificación. Desde el vamos, la ilusión de pasar arriba y casi cerrar el pase a octavos de final, era el objetivo. Habrán sido los nervios, la dificultad de afrontar partidos importantes que acarrea este equipo desde hace algunos años, que por más que haya salido a ganarlo, con lo que hizo no alcanzó. Si bien intentó ser superior, lo hizo con poca claridad. Sin eje de conducción, ya que Pablo Pérez fue corrompido por su nerviosismo, porque Carlos Tevez jugó apagado, engolosinado y con poca lectura y porque el otro Pérez, Sebastián, quedó como el cinco de referencia y aunque por sus pies pasaron los mejores traslados, poco peso en ofensiva podía tener ya que podía dejar desprotegida a una defensa que más que certezas, genera dudas y, con la actuación de hoy, espantos. Fue el capitán quien perdió la pelota cuando por lo menos, el peligro parecía controlado, y con un gran centro de Marcos Rocha, Keno cabecea libre de marcas ante la atonita mirada de Leonardo Jara para poner un teztazo en el palo lejano de un Agustín Rossi que no llegó ni iba a llegar. Enojos, desazón e impotencia invadieron al conjunto de Guillermo Barros Schelotto, que ligó la amonestación de Ramón Ábila que minutos después, fallaba la más clara del partido. El destello propicio y único de Carlitos en el partido saca un centro que Wanchope rechaza en vez de empujar en el arco de un vencido Jailson. Con esa bronca, el de haber podido empatar y sobre todo, perder hasta el momento un encuentro que no se merecía (Algo que en el fútbol poco importa), marcaba la salida al vestuario.
El complemento, no fue solo parecido, sino que dejó peor sabor. Al inicio nomas, el Apache pierde una pelota, la recupera e insolitamente la vuelve a perder. Regalo para Lucas Lima que Lisandro Magallán corta con una dura infracción. Ya amonestado, Roberto Tobar se apiadó o fue preso de la confusión de la euforica protesta de los jugadores del Verdao, pero dejó en cancha al 6 de los Mellizos. Un rato después, contra letal de Palmeiras en desventaja con dos hombres del Paulista ante tres vestidos de azul y oro. El veloz Keno llega a centrar y dejaba solo a Lima, pero Seba Pérez fue más rápido, más atento y más despierto para sacar al corner de manera heroica. Situaciones, hubo. Pablo Pérez con un remate apenas desvíado que para todos había terminado en gol tras pegar en el laguero y otro de Jara apenas arriba del travesaño. La más notable fue un remate de Cristián Pavón, el que siempre intenta, pero Jailson salvó a la visita. Hasta ahí, otra vez merecía, pero como dijimos, los merecimientos no ganan, no importan y eso Palmeiras lo supo: Lucas Lima ante la defensa Xeneize, serie de rebotes que dejó a la defensa como jugadores amateurs y a un Agustín Rossi que si era cuestionado o estaba en duda, las terminó de romper hoy quedando expuesto en la medialuna y dandole el espacio a Lima para picarla con total libertad y liquidar un encuentro al que le faltaban poco más de 20 minutos.
Dolió, no hubo respuesta. Si hubiera sido una pelea de boxeo, se terminaba por KO técnico tras el 0-2. El Verdao armó un lío barbaro para lo que será una semana complicada. A Barranquilla, donde en la previa se esperaba ir con 3/4 de clasificación, se irá a jugar al todo o nada. Ante Gimnasia de La Plata, habrá una obligación de ganar, gustar y no golear, sino defender y demostrar autoridad. Podrán ser 500 días punteros, pero a Boca lo están golpeando, lo hacen preso de sus errores y ahora, aunque la Superliga parezca cocinada, el presente en la Copa Libertadores es difícil, y a priori, asusta a más de uno.