En Formosa, Boca lo sufrió, pero avanzó a octavos de final de la Copa Argentina al vencer a San Martín de Tucumán por 2 a 0. Cardona y Ábila, de penal, los tantos.
Por los 16vos de final de la Copa Argentina, Boca derrotó por 2 a 0 a San Martín de Tucumán en Formosa. El Xeneize no contó con titulares como Wilmar Barrios, Nahitan Nández o Cristián Pavón y demostró una merma importante en el rendimiento ante esas ausencias en cancha. El Ciruja fue más claro y le sobró actitud para complicar el panorama con la electricidad de Matías García y Gonzalo Rodríguez, el sacrificio de Matías Arregui y la experiencia de Claudio Bieler ¿Los de Guillermo? Destellos de Agustín Almendra y Edwin Cardona, pero muy inconexo con las flojas actuaciones de Pablo Pérez, Fernando Gago y Mauro Zárate. El Taca, experimentado, primero reventó el travesaño para generar la revolución tucumana ante el gigante porteño. Antes, si alguien sostenía el resultado era Esteban Andrada, que había respondido con seguridad una escapada de Nicolás Giménez ante un lento Leonardo Jara. Darío Benedetto recibió lo que lo mejor de Gago en el partido, un gran pase filtrado para definió con clase, exigiendo a Ignacio Arce, que la tocó e hizo impactar el remate en el poste superior. El Turbo García aprovechó la endeble "fuerza" defensiva del equipo de los Mellizos, ingresó al área y tuvo la chance de abrir el marcador, pero nuevamente un gran reflejo del ex Lanús cerró el arco. Sobre el cierre de la primera parte, Andrada nuevamente clausuró la portería tras un fierrazo de Bieler en un tiro libre.
El complemento, fue más de lo mismo con el once de arranque. Giménez, al comienzo, hizo lucir a Andrada con un gran remate, pero el arquero controlo en dos tiempos para seguir tomando confianza. De a poco, los tucumanos se quedaban sin nafta y Boca aprovechaba para tomar el terreno arrebatado con la gran presión ejercida. De a poco, y por lo mal que jugaba, la balanza se inclinaba. El ingreso de Carlos Tevez por un tácito Zárate fue el mayor revulsivo que encontró Guillermo, y bien puesto estuvo. Carlitos aportó ganas, todavía lejos de su mejor versión pero con su clásico empuje que contagia a más de uno. Finalmente, a los 31 minutos, llegó el primer gol de la tarde-noche de Formosa en el Antonio Romero: Contragolpe que aprovecha Cardona, el 10 colombiano aplica velocidad y su clase, para acomodar un derechazo que, con más fuerza (Y suerte) que dirección, descoloca a Arce tras un desvío y se mete dentro del arco. 1 a 0 y parecía que la historia no fuera a tener modificaciones en la portería de Andrada, quien fue el mayor responsable de llegar con la valla en cero hasta ese tramo del partido. Cerca del final, Paolo Goltz recibió un duro golpe en un rechazo de Arregui, quien vio la roja y casi saca del partido al central. El Xeneize hubiera terminado con 10 también, pero el ex América de México decidió seguir ya que los cambios estaban agotados por los ingresos de Cristián Espinoza y Ramón Ábila por Gago y Benedetto. La dupla que supo hacer feliz a muchos hinchas de Huracán, tuvo responsabilidad en el 2 a 0: Ya en el final de la segunda parte, el extremo se filtra tras una pared con Carlitos y recibe una infracción en el área. Lo tenía Cardona, lo pide Wanchope y el delantero convirtió su onceavo gol en Copa Argentina, convirtiéndose junto a Martín Cauteruccio en los máximos goleadores históricos del certamen más federal de nuestro fútbol.
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Así, Boca avanzó a octavos. Deberá mejorar y mucho más todavía, ya que no solo hace tiempo que no conoce la regularidad del juego, sino que sufre de la ausencia de sus figuras y de como algunas estrellas les cuesta volver a iluminarse. En la próxima ronda espera Gimnasia y Esgrima de La Plata, otra dura piedra en el camino de la siempre difícil Copa Argentina.