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Boca fue un desastre y quedó eliminado

Boca fue un desastre y quedó eliminado de la Copa Argentina 2018. En Córdoba, cayó ante Gimnasia por el agónico gol de Hurtado. 

Por los octavos de final de la Copa Argentina 2018, Boca cayó ante Gimnasia y Esgrima de La Plata en el Mario Alberto Kempes y quedó eliminado de la competencia. Era el duelo ideal para recuperarse del cachetazo que significó caer ante River en La Bombonera, pero el Xeneize no estuvo a altura en ningún momento del encuentro. Sin alma, sin ganas, sin juego y con clara falta de actitud, el equipo jamás le encontró la vuelta a un rival que nunca demostró jugar con una idea clara. El análisis sonará cruel, pero el equipo de Guillermo Barros Schelotto fue un desastre. En una primera parte nula de emociones, la carencia de ideas fue la protagonista de ambos sectores de la cancha. Un Cristián Pavón totalmente ido, que no supo resolver ante la llamativa cantidad de espacios ofrecidos por el rival, que, si bien sonará a desmerecimiento, no fue la gran cosa. Al no haber eje, la salida era apurada y desprolija, buscando depender de individualidades que no aparecieron en Córdoba. La temprana lesión de Darío Benedetto y el ingreso de un Carlos Tevez que sigue sumando deudas desde su regreso a China, podría ser lo más destacable.

El complemento fue un calco, lo más resonante llegó por la merma del Lobo, que antes había complicado poco con los intentos de Matías Gómez aunque ninguna generaba peligro. Perdido, como esos equipos que tocan buscando explicaciones cuando caen goleados, así jugaba el equipo del Mellizo, que con una alarmante y preocupante calma observaba el espanto de sus jugadores en estadio de Córdoba. Rozaba el papelón en el juego, pero el resultado parecía llevar todo al azar de los penales ya que ninguno era muy superior al otro. Una media vuelta de Mauro Zárate, que paso cerca, fue lo más peligroso de la delantera del Xeneize. Se buscó sumar sacrificio y no juego, por eso ingresó Nández por el ex Vélez y Lazio entre otros y también a Sebastián Villa por Pavón, que tampoco justificó el precio de su cláusula de salida en el campo de juego. Pedro Troglio fue más práctico y sencillo, apuntó a buscarlo con los cambios cantados y sin ninguna idea fuera de lo normal, el cambio obligado de Lucas Licht por Facundo Oreja, pero los ingresos de Ezequiel Bonifacio y Juan Hurtado fueron la clave. Apostó a una misma idea, pero con la presencia de Santiago Silva y ahora el delantero venezolano. Así, sobre el cierre y cuando los hinchas, periodistas y quizás los cuerpos técnicos de los equipos empezaban a diagramar una posible lista de pateadores, llegó el peor golpe que podría recibir un equipo que parece que hoy está en el suelo: A un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario, llegó un centro tras una salida de Licht y Hurtado la empujó con la mano, luego de haber cargado sobre Magallán y ante el reclamo de todo el equipo de los Mellizos. Ni esa suerte tuvo el equipo, que intentó empujar, pero de intentos no se vive y menos cuando no hacen las cosas bien.

Así, Gimnasia eliminó a un desastroso Boca. Golpe al ego de este plantel, que arrastra figuras que cargan con papelón tras papelón que, de vez en cuando, se ve sanado por algún logro en la liga local. Será Colón y después Cruzeiro, pero de los tres objetivos, uno se perdió y en caso de no generar reacción de los protagonistas, la cosa podría empeorar y ser una catástrofe que ningún fanático Xeneize merece. 

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