El Xeneize aplicó la diferencia de categoría contra Alvarado y lo aplastó en Lanús con un 6 a 0 en el marcador. Magallán, Ábila, doblete de Pérez, Goltz y Tevez de penal los autores de la goleada.
Por los 32vos de final de la Copa Argentina, Boca goleó a a Alvarado en La Fortaleza de Lanús por 6 a 0 y avanzó de ronda. Partido que en la previa siempre genera incertidumbre, la diferencia de categoría a veces juega en contra y o hace el partido más fácil o muy difícil. La segunda fue la del Xeneize, que rápidamente se puso en ventaja: A los cuatro minutos, tiro libre que Mauro Zárate estrella en el travesaño y con un arquero vencido, Lisandro Magallán acomodó al palo derecho de un arco descubierto para abrir el marcador.
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Quizás fue el quiebre esperado, ya que el peso de jerarquía lo puso el conjunto de los Mellizos manejando a su antojo la pelota. El acelerador se pisó de más, lo cual ocasionaba que el marcador no se pudiera aumentar a la brevedad de abrirlo, ya que las velocidades, también eran de otra división.
Pero Zárate es ese jugador que marca diferencias, y cuando se junta con otro distinto puede armar desastres tanto a un equipo de la D como a cualquier gigante de sudamérica, cosa que ilusiona a todo hincha de Boca: Pase filtrado de Mauro para Cristián Pavón, quien levantó la cabeza al mismo tiempo que iba ligero en la carrera y centró para un asesino de área como Ramón Ábila. Segundo del partido y, promediando 24 minutos, liquidaba la historia.
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Tan solo cuatro minutos después, llegó el tercero para ir adornando la goleada: Pablo Pérez recibe y de Emmanuel Mas, saca un remate que pica y con una clara responsabilidad de Matías Quinteros, ponía con un buen remate de media distancia el 3 a 0.
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Los de arriba querían el suyo, pero casualidades de la vida, el capitán nuevamente convertía: Gran jugada colectiva que podía culminar Ábila nuevamente, rebote para atras y Pérez otra vez y nuevamente con ayuda, esta vez un rebote en un defensor que descolocaba a un ya pobre Quinteros para el 4 a 0.
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Así, con esa ventaja se iba al vestuario un Boca que amenazaba con meterse a los libros de historia de la joven Copa Argentina.
El complemento fue más controlado, más medido y con serios problemas de puntería. Pudo ser de Mas, de Pavón o Zárate, pero la falta de definición y una buena intervención de Quinteros ahogaron el ansiado quinto gol. Si había alguien que necesitaba convertir de los del fondo, que ya les había tocado a todos, era a Paolo Goltz y llegó: Corner desde la derecha, cabezazo letal del ex Lanús que el palo sacó nuevamente para el defensor central, quien con un derechazo y otra desgracia del arquero del conjunto marplatense, se metía dentro del arco.
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Boca también fue sacrificio y sobre todo del 7 bravo, quien no estuvo tan punzante pero si colaborativo en defensa y siendo de los que más recuperaciones tuvo en el encuentro. Pero cuando baja la intensidad, era momento de también poner figuritas de peso que estaban en el banco: Momento del mundialista Nahitan Nández, de la joyita colombiana de Sebastián Villa y un ídolo y ¿Por qué no? Una de las tantas iguras del equipo, Carlos Tevez. El ritmo fue el mismo, acelerado y con clara inclinación para el Xeneize en el juego. Hubo otro cambio, pero fue del árbitro: Darío Herrera no pudo continuar y Pablo Echevarría, el 4° juez, tomó su lugar. Villa fue intratable, volvió loco a Tomás Mantía y este lo bajó en el área: Penal para Boca y momento de Carlitos, quien puso el sexto con una buena definición y cerró el encuentro.
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Ahora, será San Martín de Tucumán, rival también en la Superliga, el rival a vencer para acceder a los octavos de final del torneo más federal de fútbol argentino.
