Luego de los incidentes en Río de Janeiro, la CONMEBOL se reunió con los máximos representantes de los clubes y delegaciones y publicó un comunicado.
La CONMEBOL designó al Maracaná como sede de la final de la Copa Libertadores antes de conocerse a los dos equipos que la disputarían. Esto generó que Fluminense tenga asegurada la localía, mientras que Boca tuvo que movilizarse para ser parte del partido más importante de los últimos años.
De todas maneras, los Xeneizes acompañaron al plantel y estarán presentes en el mítico estadio de Río para asegurar que se sientan como en casa. Lamentablemente, no garantizaron la seguridad para los miles de fanáticos que se acercaron a la Fan Zone, designada por CONMEBOL. Los hinchas de Boca resultaron heridos y la policía brasilera se inclinó por los simpatizantes locales.
Debido a las denuncias públicas, la CONMEBOL convocó a una reunión junto con los máximos responsables de Boca, Fluminense, AFA y CFB. Tras la junta “los clubes y las federaciones acordaron hacer un llamamiento conjunto para evitar actos de violencia”. Cabe resaltar que no existieron consecuencias para los locales por los múltiples incidentes.
El comunicado de CONMEBOL tras los incidentes
“El tema central abordado fueron las medidas de seguridad en torno a la final de la CONMEBOL Libertadores. El Presidente Domínguez, con la colaboración del equipo de seguridad de la CONMEBOL, expuso las acciones que fueron impulsadas desde la designación, por parte del Consejo de la CONMEBOL, de Río como sede de la final de la Libertadores, el pasado 8 de marzo. Informó asimismo que la organización se encuentra en contacto permanente con las autoridades de la ciudad y el estado.
También fueron repasados el mecanismo de ingreso de los hinchas al estadio, las áreas asignadas a cada club y los planos y el perímetro desplegado en torno al Maracaná.
De igual manera, el Presidente Domínguez recordó el compromiso firmado por los titulares de ambos clubes finalistas en la reunión realizada el 19 de octubre en la sede de la CONMEBOL, en Luque, Paraguay. El documento establece que tanto Boca Juniors como Fluminense asumen el compromiso de impulsar campañas y acciones contra la violencia y el racismo en el seno de sus respectivas hinchadas”.