Empate para seguir como escolta
Boca empató 1-1 con San Martín, en San Juan. Daniel Osvaldo y Figueroa, convirtieron los goles del partido, Orion y Gelabert fueron expulsados. Los goles
El Xeneize quería alcanzar la punta, el empate de Rosario Central le daba la oportunidad y sabía que no podía desperdiciar en su visita a San Juan. Al minuto de empezado los locales hicieron sentir sus ganas y atacaron con un tiro que terminó en córner tras un disparo de Carlos Bueno. A los 4′ Gelabert hizo lucir a Agustín Orion con un remate de media distancia que el arquero con presencia en el último mundial logró despejar al tiro de esquina nuevamente, pero de esa pelota parada nuevamente el delantero uruguayo con pasado en El Club de La Ribera puso un cabezazo por encima del palo y hacía sentir el peso de los cuyanos. Boca no podía hacer pie frente a la gran presión pero en la que pudo conseguir salida logró hacer sentir la gran calidad que tiene en su ataque: A los 8′, una mano de un defensor local culminaba en un penal y el encargado no era nada más y nada menos que Daniel Osvaldo, que a los 10′, con una calidad tremenda frena la carrera y con el arquero tirado al palo izquierdo definió de forma sutil a la derecha y ponía en ventaja al Xeneize. Como si hubiera entrado en juego, la imagen de los dirigidos por El Vasco se agigantaba y otra vez hacia temblar el arco defendido por Ardente: Centro de Nicolas Lodeiro y teztazo de Daniel Díaz que impactaba en el travesaño. En un partido que se tornaba rápido, el juego de Lodeiro cada vez pesaba más y más en el esquema propuesto por Arruabarrena. A los 23′ el partido se vio parado por una acción de violencia: Desde la tribuna del local un proyectil impacto sobre el arquero de Boca, Orion deja el arco con la pelota en su poder y se dirige al 4° árbitro a mostrarle el objeto que le fue arrojado. Insólitamente el encargado de impartir justicia, Patricio Loustau amonesta al ex-Estudiantes (LP) alegando que estaba demorando el juego a favor del Xeneize. Tras dos minutos de poco entendimiento el partido se reanudó con los ánimos un poco caldeados. Se apreciaba que la discusión habría ensuciado el juego, sin tener situaciones de alto riesgo, con un partido veloz y con constantes ida y vuelta que no llegaban a ningún sitio describe perfectamente lo que sucedía en el campo de juego. Sin sufrir ni generar sufrimiento en el rival, la primera parte se iba con la mirada puesta más en el árbitro que en los protagonistas.
El complemento tuvo a un Boca dormido, en una serie de constantes ataques de los Verdinegros, sin poder recuperar la pelota, con Cristian Erbes y Marcelo Melí complicados a la hora de robar la pelota, el local agigantó su poderío pero con grandes dificultades a la hora de convertir para suerte del Xeneize. A los 65′, en un error defensivo de Marco Torsiglieri, dejó sólo a Figueroa, quien convertía el empate que parecía justo por lo mostrado por el conjunto de Arruabarrena en la segunda mitad que parecía trágica a nivel de juego. Desconocido en la cancha, parecía sentir la ausencia de Fernando Gago ya que no podía controlar la pelota y dejaba muchos espacios que los Sanjuaninos no dejaron pasar, logrando un total protagonismo a la hora de jugar la pelota y convirtiendo a la visita en una víctima constante de los ataques comandados por Bueno y Figueroa. La noche se puso más oscura: a los 73′ , nuevamente el yorugua de los locales se escapó sólo y obligó a salir al arquero boquense quien de manera vehemente en la puerta del área fue con las piernas adelante, generando el detenimiento de juego y la dura lesión del delantero ex – Boca. Obviamente se produjo la expulsión del ex – San Lorenzo y el ingreso de Guillermo Sara en lugar de Daniel Osvaldo a los 78′, agotando los cambios ya que a los 51′ y a los 59′ se produjeron las variantes de Gino Peruzzi por Carrizo y Jonathan Calleri por Juan Manuel Martínez. Una vez hecho todo, la cosa parecía equilibrarse: A los 82′ Gelabert volvió a pegar y vio la roja, dejando a los dos equipos con 10 jugadores. El partido parecía mantener esa ida y vuelta acompañado de la ineficacia a la hora de definir. Sin situaciones de riesgo se llegó a los 90′, donde se iban a añadir nueve minutos tras el la pérdida de tiempo durante la expulsión de la visita. El adicionado parecía ser aguante: Sin presencia en mitad de cancha y obligando a los centrales a recurrir al pelotazo, Boca aguantó como pudo y resistió un partido que por nombres y actuaciones pasadas parecía tener un pronóstico distinto.