"Volví loco a Tapia para jugar las Eliminatorias en La Bombonera"
El ex Boca, Leandro Paredes, mostró sus ganas de volver a jugar en la Bombonera durante las Eliminatorias. Además, habló de su debut y recordó como era jugar junto a Román.
Luego de que el actual técnico de la Selección Argentina, Lionel Scaloni, días atrás reconociera su simpatía por jugar las Eliminatorias en la Bombonera, y en la semana de los 80 años del mítico estadio, el ex volante Xeneize Leandro Paredes también mostró sus ganas por volver a pisar el césped de la casa del club de La Ribera, y ademas recordó como era compartir plantel con Juan Román Riquelme cuando subió a Primera.
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Paredes contó que le insistió al presidente de AFA, Claudio Tapia, por disputar las Eliminatorias en el estadio Alberto J. Armando:
"No hay otra cancha como la Bombonera, al 'Chiqui' Tapia lo volvía loco para que se jugara ahí. Cuando se confirmó estaba feliz, esperando para que llegue la convocatoria para volver a jugar en la Bombonera".
También opinó sobre la importancia de jugar en la Bombonera:
"Nosotros tratamos de jugar ahí, sabemos que es el mejor estadio de Argentina para que la gente esté alentando siempre. Todo el mundo que va a la Bombonera siente eso, no hay nadie que te diga lo contrario. Ojalá que las Eliminatorias se jueguen siempre ahí".
Por su parte, el actual jugador del PSG francés, confesó que habló con Nicolas Burdisso cuando era mánager de Boca, pero admitió que en ese momento era difícil que se diera su vuelta:
"Con Nico hablamos seis meses antes de venir a Paris, sabíamos los dos que era muy difícil que vaya a Boca. El préstamo era muy alto, la compra también y no dependía de mi ni de Boca, sino del Zenit en ese momento".
Por ultimo, Paredes recordó como era tener al actual vicepresidente 2do como compañero en el plantel cuando debutó:
"Román es uno de lo que cuando subí a Primera me trató muy bien. Trate de mejorar todo lo que tenia el. No tengo nada de el, como Román no hay. Si tengo algo de el, es la camiseta, ja"
Y agregó:
"Una vez llegue al comedor y cuando llegó Román me corrí a un costado, me agarró y me llevó a su mesa, de entrada me adaptó".
