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¿A qué juega el Boca de Alfaro?

El equipo sigue sin encontrar un buen funcionamiento y el tiempo se va acortando. La semana que viene empieza la obsesión del mundo Boca, arranca la Copa Libertadores.

Gustavo Alfaro fue presentado como entrenador el 2 de enero, hace casi dos meses. En este tiempo disputó nueve partidos, dos de ellos amistosos y el resto oficiales por Superliga. Cosechó cinco triunfos, dos empates y dos derrotas. Tiene un un 66% de victorias contando solamente el torneo local, lo cual es un número más que bueno para un técnico que recién arranca su ciclo. Pero… ¿A qué juega Boca?

La realidad es que es difícil comprender la idea de juego de Alfaro. En los amistosos de verano probó distintas variantes: frente a Unión (0-2) jugó con un doble cinco, enganche y dos wings. Mientras que frente a Aldosivi (2-1) formó un equipo con cuatro mediocampistas y dos delanteros. En ninguno de esos partidos el equipo fue vistoso.

En su debut oficial frente a Newells (1-1) armó el once con un doble cinco, Reynoso de enlace y tres delanteros. Tevez como pieza fundamental del equipo con la cinta de capitán y un equipo armado alrededor a él – según sus declaraciones en conferencia de prensa en su presentación como DT-. Por otra parte, Reynoso empezó a ser titular e importante en un plantel sin volantes creativos. Esquema que se mantuvo igual en la victoria ante San Martín (SJ) por 4-0 con la excepción que jugaron Zárate y Ábila en vez de Tevez y Benedetto.

En su tercer partido frente a Godoy Cruz (2-0) repitió el equipo titular que jugó en la primera fecha con una salvedad no menor: Junior Alonso ocupó la banda izquierda en vez de Emmanuel Mas. Dato curioso, ya que la posición natural del paraguayo es la de central, no tiene el ida y vuelta de un lateral y le cuesta la proyección en ataque.

Tres partidos bastaron para que Tevez y Reynoso pierdan la titularidad y en su lugar ingresen Almendra y Zárate – en lo que fue empate por 1-1 ante Belgrano-, quizás lo más lógico por el bajo rendimiento de ambos jugadores. En ese momento se terminó el doble 5, ya que Agustín juega mas retrasado tácticamente. Se puede decir que Almendra es el volante con características más parecidas a Reynoso, aunque muy poco tienen que ver. En su momento Alfaro sentenció que el plantel tenía “mucho de lo mismo” en el mediocampo. Luego, ¿qué sucedió? Boca vendió a Barrios y Pérez y compró a Marcone y Campuzano. Y optó por no repatriar a Lodeiro – volante creativo-.

En la victoria frente a Lanús (2-1), Mas vuelve a ocupar el lateral y el equipo se repite en un partido somnífero. A los tres días Boca vuelve a jugar en la Bombonera y para que los jugadores descansen, Alfaro apostó a una gran rotación: reapareció el doble 5 con la vuelta de Nandez y Reynoso como enlace, mientras que Alonso volvió a jugar de 3. El equipo perdió por dos errores fatales de la defensa.

El último partido ante Defensa y Justicia fue el peor de Boca en cuanto a juego, pero pudo obtener el triunfo por 1-0 frente al mejor equipo de los últimos nueve que enfrentó. Repitió la formación que había presentado ante Lanús, con la excepción de que Tevez ingresó por la lesión de Pavón. Es decir, el equipo jugó sin un wing.

¿A qué juega Boca?

No se sabe, el entrenador se ve confundido y el equipo cada vez juega peor. Comenzó con la idea de un 4-2-3-1 con Villa y Pavón de wings y Tevez de enganche en el primer amistoso. Rápidamente borró de la escena al colombiano -que ni siquiera jugó frente a Defensa y Justicia cuando faltó Pavón-. La idea de que Tevez y Reynoso tomen protagonismo duró un poco más, tres partidos. Cambió la formación por un 4-3-3 con Almendra acompañando al mediocampo y Zárate jugando libre. Pretendía que sus dos laterales pasen al ataque y lastimen al rival, pero luego ingresó Alonso de 3, quien se posiciona en la misma línea que los dos centrales.

Si bien solo lleva un mes y medio de trabajo y tiene una gran porcentaje de puntos obtenidos, el equipo ya quedó afuera de la pelea por el Tricampeonato. La semana que viene comienza su participación en la Copa Libertadores y el equipo no está armado. Es cierto que no hay una “verdad absoluta” en el armado del mismo, tal como dijo Alfaro, pero no es menos cierto que los cambios que realiza partido a partido son abismales. Y pronto deberá encontrar el once ideal.

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